La sostenibilidad es un factor prioritario en la sociedad, a raíz de ello, las energías renovables han tomado protagonismo al ser la base para la aplicación de este concepto. A la hora de hablar de energia renovable hablamos de energías obtenidas de fuentes naturales cuyo componente distintivo es que son inagotables o en su defecto, como lo indica su nombre, renovables, además, no generan residuos, por ende, son el medio ideal para hacer genuinamente sostenible la industria y la producción en masa por su bajo impacto ambiental.
Actualmente existen 8 tipos de energías renovables:
Energía Solar:
Se hace uso de la radiación electromagnética que proviene del sol mediante sistemas constituidos por células fotovoltaicas, colectores solares o helióstatos. El sistema más común para canalizar dicha energía son los paneles solares.
La particularidad más atractiva de este tipo de energía es que puede ser fotovoltaica o térmica. Con la primera se produce electricidad (que es su uso más funcional), partiendo de la radiación del sol, mientras que con la segunda se produce calor.
Energía Eólica:
La energía eólica proviene del viento, el cual se canaliza para generar energía cinética, que a su vez es producto del movimiento que provoca el mismo viento al mover las hélices o astas de un aerogenerador, o como comúnmente se les conoce, molinos de viento.
La energía eólica se utiliza principalmente para la producción de electricidad, la extracción o bombeo de agua y para la producción de hidrógeno renovable, que es usado en la producción de eco combustibles.
Dado que el sol es una constante, este tipo de energía es probablemente la más viable de todas.
Energía Hidráulica:
La energía hidráulica es producto del movimiento de grandes corrientes de agua que pasan a través de turbinas conectadas a un transformador que convierte dicho movimiento en energía eléctrica.
Su principal ventaja es que este tipo de producción de energía no contamina y debido a los ciclos biológicos del agua es técnicamente una fuente de energía inagotable.
Energía Geotérmica:
Este tipo de energía encuentra su origen en el calor que emite la tierra. Básicamente, la energía geotérmica aprovecha el calor del interior de la corteza de la tierra, por lo cual, es una fuente de energía muy buena para usos industriales y domésticos.
Este tipo de energía es una alternativa excelente para los países en vía desarrollo ya que se puede usar para el tratamiento completo de la leche y el secado de alimentos.
Energía Mareomotriz y Undimotriz:
Tal como la energía hidráulica, las energías mareomotriz y undimotriz provienen del agua, sin embargo, su origen particular viene del movimiento de las mareas y de la fuerza de las olas, respectivamente.
La ventaja principal de estos dos tipos de energía es que los movimientos particulares, tanto de mareas como de olas son muy predecibles, lo cual hace que la construcción de plantas que colecten este tipo de energías se realiza de manera asertiva y efectiva sobre todo en zonas costeras.
Biomasa y Biogás:
Estos conceptos consisten en la generación de energía a partir de desechos o restos orgánicos, como componentes principales aparecen la madera y los desechos agrícolas.
Adicionalmente a la producción de electricidad, la biomasa ayuda recíprocamente al desarrollo rural y a la limpieza integral y sostenible de los bosques.
En esencia, las energías renovables encuentran su lógica en la producción de electricidad (actualmente) de manera limpia y sostenible. Se espera que para un futuro próximo todos los procesos industriales y productivos se integren al uso holístico de energías renovables de manera que puedan contribuir con generar un impacto positivo en el ambiente y otorgarles a la par una eficiencia incomparable a sus procesos productivos.
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